19 de octubre de 2010

Los cínicos no sirven para este oficio

Nuestra profesión es una lucha constante entre nuestro propio sueño, nuestra voluntad de ser completamente independientes y las situaciones reales en que nos encontramos, que nos obligan a ser, en cambio, dependientes de intereses, puntos de vista y expectativas de nuestros editores”.

Los medios de comunicación se han convertido en los principales impulsores de la circulación de conocimientos de la población. El ciudadano actual convive con ellos y los tiene como punto fundamental de referencia. De este modo, la gente habla de lo que hablan la televisión, la radio y la prensa, y suele ignorar los acontecimientos reales, sucedidos más allá de un entorno próximo, que no han merecido la calificación de noticiables. En ocasiones, se ha llegado a decir que todo lo que no aparece en los medios no existe o no es importante.

Aún así, además de las funciones sociales de informar, formar, entretener y tematizar, los medios de comunicación persiguen una función económica y comercial muy importante: ganar dinero.

La progresiva priorización de los aspectos comerciales implica un progresivo abandono de las funciones sociales. Así, en demasiadas ocasiones lo que importa no es que la población esté informada cuantitativa y cualitativamente sino que consuma el máximo de medios posibles (los cuales cuanto más público tengan, más publicidad atraen y en consecuencia aportan más dinero a la empresa).

El mundo de los negocios descubre de repente que la verdad no es importante, y que ni siquiera la lucha política es importante: que lo que cuenta, en la información, es el espectáculo. Y, una vez que hemos creado la información-espectáculo, podemos vender esta información en cualquier parte. Cuanto más espectacular es la información, más podemos ganar con ella.”

Esta función comercial implica que los periodistas trabajen sumergidos en un clima de manipulación técnica (condiciones de formato establecidas, determinadas fuentes informativas, puntos de vista prefijados y expectativas comerciales muy elevadas) impuesto por el medio en sí, que persigue un fin específico.

En este sentido, hay que tener en cuenta que los medios de comunicación influyen permanentemente en la sociedad. Logran modificar la forma en que las personas conocen y comprenden la realidad que las rodea, modifican la forma de vida, las elecciones, costumbres, manera de actuar, el consumo y la opinión pública. Hoy en día, constituyen una herramienta eficaz que permite al ser humano mantenerse en continua comunicación con los distintos sucesos sociales, políticos y económicos (tanto nacionales como internacionales), pero las diferentes ventajas que brindan pueden convertirse en graves inconvenientes si no son utilizados correctamente, dando lugar a manipulaciones ideológicas o bulos.

La influencia que ejercen en la actual sociedad, ya sea positiva o negativa, produce una auténtica transformación del hombre y del mundo en que vive.

El único modo correcto de hacer nuestro trabajo es desaparecer, olvidarnos de nuestra existencia. Existimos solamente como individuos que existen para los demás, que comparten con ellos sus problemas e intentan resolverlos, o al menos describirlos.”

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