18 de diciembre de 2010

Periodismo de guerra

El catedrático de Historia de la Propaganda, Alejandro Pizarroso Quintero, y los  profesores Asociados en el Departamento de Historia de la Comunicación Social, Marta González San Ruperto y Pablo Sapag Muñoz de la Peña, tratan de explicar a lo largo del libro Periodismo de guerra la compleja relación que existe entre la comunicación social y los conflictos armados.

Dirigido básicamente a estudiantes universitarios del mundo de la comunicación y de las ciencias sociales, la experiencia académica y profesional de ambos autores está presente durante el transcurso del manual, que en definitiva aborda las perspectivas teórica, histórica y práctica del tema. Así, se ocupa tanto del punto de vista de la información sobre defensa en los medios y la comunicación institucional, como también de lo que han sido durante la historia y son en la actualidad la propaganda de guerra y la guerra psicológica.

        Mediante los ejemplos de la Primera Guerra Mundial, la Guerra Civil española, la Segunda Guerra Mundial, la Guerra Fría, la Guerra de las Malvinas, la Guerra del Golfo, las guerras balcánicas, y las recientes guerras en Afganistán y en Irak, la obra se ocupa de exponer al lector la actividad llevada a cabo por los corresponsales de guerra y las reglas y técnicas desarrolladas sobre el terreno de los mismos. Asimismo, afronta las múltiples diferencias en la información de conflictos armados en los distintos medios de comunicación existentes en la actualidad: prensa escrita, agencias de prensa, radio, televisión e Internet.

Lejos de ser una actividad romántica, bohémica y aventurera como algunos miembros de la sociedad creen, la labor de los corresponsales de guerra conlleva muchos riesgos físicos y enfrentamientos continuos con poderosos aparatos de censura y propaganda que de manera técnica y sistemática intentan controlar la información. Éste hecho se ve reflejado en las frases de Winston Churchill Una nación en guerra debe rodearse de una guardia de mentiras”, Hiram Warren Johnson “La primera baja en una guerra es la verdad” y Samuel Johnson con “Entre las calamidades de la guerra habría que añadir la disminución del amor por la verdad, por las falsedades que el interés dicta y la credulidad estimula”. (Pág. 31)

La mejor manera de hacer frente a todos los obstáculos, junto a los peligros físicos y psicológicos que acechan continuamente a los periodistas bélicos, es adquirir previamente la mayor formación posible y, en consecuencia, la mayor especialización en el ámbito. En este sentido, toda preparación es poca para cubrir un conflicto armado, y estudiar y analizar las múltiples situaciones con las que el corresponsal de guerra puede encontrarse, con el fin de aumentar el grado de seguridad con que el periodista se desenvuelve en la zona de conflicto, resulta vital: “Los militares, al fin y al cabo ciudadanos como todos los demás, viven en una sociedad mediática. La conocen, la aprecian y la sufren como todo el mundo. Los periodistas, por otro lado, deberían conocer mejor la realidad de la Defensa, el mundo militar y los conflictos armados. Su información sería así más rica y no caería en errores fáciles y generalizaciones” (Pág. 16)

En conclusión, Periodismo de guerra es un manual teórico práctico útil tanto para periodistas y militares, como para todas aquellas personas vinculadas de una u otra forma a los conflictos bélicos o interesadas en la creciente relación en las sociedades actuales entre Comunicación y Defensa.

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